Aruéns

Despoblado situado entre El Mon y Ejep bajo los pies de Calamoc (1128 m), montaña característica de la zona, correspondiente al municipio de Perarrúa. De acceso algo complicado por pistas de tierra parcialmente transitables según las épocas de lluvias por vehículos todo-terreno. Antiguamente existía un camino de herradura, actualmente transformado en PR, que comunicaba El Mon con Arués y Ejea.

La red hidrológica es escasa, únicamente presentes algunos barrancos que desembocan en el río Ésera, como por ejemplo el Barranco Cambra que separa los términos de El Mon y Arués. Igualmente se tiene algunas fuentes repartidas por la zona y dentro de la aldea, como la Fuen d’Argüés.

La economía era escasa, de subsistencia, en general de secano (cereales, almendros, olivos o viña) y alguna huerta particular (peral, manzano, etc.). La ganadería, poco importante, destacaba por el ganado ovino; paralelamente cada casa tenía animales de corral como gallinas o conejos. En el pueblo existió una casa, Casa Sarradó, que se dedicaba a la sierra de madera.

Demográficamente, Arués ha sido el núcleo menos poblado de la trilogía de aldeas que forma junto con El Mon y Caballera (término de Santa Liestra y San Quílez). En el s.XIX llegó a tener 84 habitantes, con siete casas, mientras que a principios del s.XX presentaba diez casas. Hacia los años 70 se despobló completamente, excepto una casa que se habita temporalmente por un pastor.

El topónimo Arués (Argüés) podría tener origen en época romana bajo imperial, relacionado con otro similar, Aruej (Jacetania), el cual debió riginarse en el antropónimo Ara, de origen germano, o incluso godo si la fundación hubiera sido posterior, y el sufijo genitivo otium, Arotium-Aroz (pérdida vocálica), Arués (diptongación).

Es el núcleo más agrupado, aunque las casas siguen manteniendo una separación entre ellas, utilizada para era. El pueblo se inicia en torno a la ermita de San Valero; algo más arriba hay una casa destruida junto al cementerio, y, al lado de la ermita, otra arruinada que parece la más antigua. A partir de allí, las edificaciones se van desparramando en planos cada vez más inferiores; datan de los ss. XIX y XX, y muchas de ellas incluyen elementos de construcción modernos. Éstos son sus nombres: Sarradó, Balero, La Ramona, Catevera, La Escuela, Viu, Sopena, El Paco, Garcés, Toné y Castro.