El Mon de Perarrúa, pequeña aldea despoblada, se encuentra entre las sierras de Torón y Campanué. Ocupa un llano tras dichas sierras, observándose desde la carretera de Graus a Benasque únicamente un majestuoso, aunque semirruinoso, castillo que data de los siglos X-XI. Se llega por una pista forestal desde Perarrúa.
Hidrográficamente no presenta corrientes fluviales importantes: únicamente destaca el Barranco del Mon o Cabo de la villa. En su recorrido hay presencia de diferentes fuentes como "La Fontaneta" o "La Canaleta" que participan en su caudal. Antes de su desembocadura en el Ésera también hay una cascada denominada El Sallán de 15-20 metros de altura.
El origen de El Mon de Perarrúa es romano, aunque los primeros textos datan del siglo VI cuando se le asocia a la zona el nombre de "Petraroveida"; de esta etapa quedan los restos de la Ermita de San Martín. Posteriormente, en época goda o tardorromana (siglo VIII), se construyó una defensa que bajo el dominio musulmán se denominó "Qasr Muns" (del latín munire, fortificar, o de mons-montis, castillo en el monte) y con los cristianos (siglo XI) se pasó a llamar Castro Pelato o Castillo de Perarrúa, nombre que asociaba el antiguo territorio de Perarrúa.
El Castillo de Perarrúa estuvo, en un principio, bajo propiedad real que fue depositando su tenencia en sucesivos señores, desde el siglo XI al siglo XIV. En 1718 todavía subsistía la carlanía honorífica de Perarrúa.
El Mon de Perarrúa estuvo habitado hasta la década de los 60-70, quedando hasta la actualidad habitantes ocasionales (como visitantes o segunda residencia). El Mon estuvo unido a Perarrúa hasta las "sobrecollidas" de 1495. En el siglo XIX llegó a tener 90 habitantes, descendiendo progresivamente hasta la situación actual.
El poblado consta de 13 casas principales conocidas por sus nombres propios. En las afueras se encuentra el castillo e iglesia de San Clemente, y los restos de San Martín. Todo forma un conjunto bastante disperso. Atravesando por un camino desde Perarrúa a Arués y Ejep, el núcleo presenta calles con muros laterales de piedra (losa). Otras obras públicas son: un lavadero y un puente-arcada en el margen del Barranco de El Mon.
El conjunto de cada propiedad consta de edificación principal (con planta baja, patio y aposentos del ganado, y dos pisos, vivienda y "falsa"), el pajar, la cuba, la era y el huerto. Las construcciones más antiguas datan de los siglos XVII-XVIII. Merece especial atención Casa Sancerni, tanto por su antigüedad (siglos XVII-XVIII) como por su construcción. Presenta elementos externos góticos (vanos y portada) y otros de defensa (matacán y varias aspilleras). Tiene una superficie edificada de aproximadamente 600 m2.